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En muchas ocasiones, no damos toda la importancia que se merecen a los cierres de nuestro hogar. Cercos, vallas y muros cumplen numerosos objetivos, como velar por nuestra seguridad y privacidad, además de servir como complemento decorativo. Por tanto, no solo delimitan los espacios exteriores, lo cual obliga a que prestemos atención a los materiales y diseños que mejor se adaptan a nuestra casa. Aquí traemos numerosos tipos de cercos, vallas y muros perimetrales para tu casa.
Para que un cierre cumpla todos sus objetivos, debemos tener en cuenta varios aspectos. Para conseguir privacidad es necesario que su altura oscile entre el metro y los dos metros y medio. En cambio, su anchura no deber superar los 25 cm. Si queremos seguridad, debemos elegir correctamente los materiales, sin olvidar el factor resistencia, así como el tipo de apertura y cierre. El tema decorativo es mucho más amplio: todo dependerá de qué estamos buscando y del efecto global que deseemos.
Cuando pensamos en un cierre, en muchas ocasiones solo lo hacemos en las características barandas de colores. Las baranda original empezó siendo de madera, pero encontramos hartos diseños y modelos de fierro, aluminio o acero. La resistencia de estos materiales ayuda a que esté muy extendido su uso. Las combinaciones más frecuentes son con vidrio o alambre, dando un toque muy moderno. Una de sus desventajas es su poca altura, lo cual resta seguridad al cierre.
La madera es un material muy versátil. Dependiendo dónde se coloque y con qué se combine, se puede conseguir un aspecto rústico o moderno. Las alternativas son numerosas en este tipo de cierres: se pueden emplear planchas, tablones o listones. Lo más importante es su mantención con productos especiales, para que no se dañe con las inclemencias del tiempo.
El ladrillo es un material tradicional para la construcción de cierres perimetrales. Su resistencia y versatilidad, lo convierten en un material muy extendido. El acabado se puede matizar con colores, aunque el ladrillo visto está creando tendencia. Además, es posible encontrar ladrillos con acabados diferentes, lo cual ayuda a combinar con diferentes ambientes y estilos.
La piedra se adapta perfectamente con el entorno natural del jardín. Es un elemento que podemos encontrar en hartas formas y colores. Su mantenimiento es mínimo: con una o dos limpiezas generales al año para eliminar malas hierbas será suficiente. Existen diferentes cierres, como los gaviones, muros de piedra, combinaciones con otros materiales, etc. La piedra es muy versátil y resistente.
Aunque sea menos natural que el resto de alternativas, es un tipo de cierre muy extendido, pues ofrece una gran variedad de formas, diseños, acabados y colores. Normalmente se combina con otros materiales, como la piedra, ideal para dar altura.
La totora otorga un toque diferente y natural. Es perfecta para delimitar ambientes de reuniones, como las piscinas. Este material es resistente y duradero y se adapta al medio natural. Otras alternativas son las plantas y los setos. Con ellos se alcanza el objetivo de la privacidad, aunque la seguridad no es su característica más importante.