Probablemente todos conozcamos ya el método que defiende la japonesa Marie Kondo, maestra de la belleza y el orden que defiende una particular teoría donde la felicidad se alcanza cuando mantenemos el orden en todos los ámbitos de nuestra vida. También en la decoración y, por qué no, también en la decoración navideña. Así que hoy te proponemos cómo sería la decoración navideña de una casa siguiendo el método Marie Kondo. ¿Tienes curiosidad?
Un árbol de navidad nada convencional
No imagino un árbol de navidad tradicional en casa de Marie Kondo. Imagino algo más sencillo, natural y minimalista. Un árbol que con poco diga mucho. Y es que para la japonesa lo superfluo sobra porque ella es una gran defensora de lo sencillo, alejándose de la decoración excesiva y recargada. Así que un árbol sencillo sería perfecto.
Mantener el orden también en la mesa
Ordenar los espacios y mantener una estructura estable es una de las máximas de Marie Kondo. Así que también la podemos aplicar a la mesa del comedor y en estas fechas, donde solemos reunirnos con familia y amigos optar por una decoración bien pensada, bonita y donde no falte nada, cuidando los detalles al máximo y cuidando que toda la cuchillería necesaria está disponible para nuestros invitados.
Cada cosa en su sitio
Es fundamental que en casa cada cosa esté en su sitio. En Navidad, también. En estas fechas solemos decorar la casa con árboles, adornos navideños, guirnaldas, iluminación de colores... puedes optar por el estilo decorativo que más te guste, pero eso sí sin recargar el salón y sobre todo, manteniendo el orden: un espacio para el árbol, otro para el pesebre, cada cosa en su sitio. Así, manteniendo el orden podremos alcanzar más fácilmente la felicidad. Eso dice Marie Kondo.
Menos es más
Otra de las máximas de la japonesa es que con poco, podemos conseguir mucho y no por adornar más y más el living, conseguiremos un espacio más bonito o elegante. Al contrario, a veces unos pequeños detalles pueden hacer un espacio realmente especial y único.Y por eso, a veces es necesario prescindir de esos adornos que llevamos años guardando en la bodega y renovarlos: optar por cosas sencillas vale la pena.
