Se nos encargó la arquitectura de un restaurante para parrilladas, en 350 m².
Tomamos la decisión de generar solo 2 muros de cargas, los cuales correspondían al de los medianeros, y vigas metálicas entre ellos, para soportar el segundo piso.
Los enchapes de ladrillo, el cielo de madera machihembrada a la vista y las vigas metálicas a la vista dan un "look", rústico e industrial que encanta y envuelve con aromas propios de la cocina.
El patio con un muro verde proporciona una instancia muy atractiva para el verano, con un ambiente mucho más íntimo, dando la sensación de no estar en el centro de Santiago.
El local fue todo un éxito, su arquitectura y el mayor provecho de los m² útiles.
